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sábado, 13 de septiembre de 2025

España vendió 6.000 millones de deuda estadounidense en un mes tras las amenazas de Trump


Roberto Casado   

11 septiembre. 2025 - 20:46

Los datos oficiales revelan una modesta repatriación de dinero por parte de los inversores europeos.

Uno de los grandes temas de debate entre los analistas durante los últimos meses ha sido la posibilidad de una masiva repatriación de dinero por parte de los inversores europeos que tienen 8 billones de euros colocados en Wall Street, ante el temor a las políticas de Donald Trump.

Mirando a los mercados, no parece que esa rotación haya sido muy significativa. El índice S&P 500, pese al bache de abril por el anuncio de aranceles en Estados Unidos, gana un 12% en lo que va de 2025, por delante del 8,6% del Euro Stoxx 600. En renta fija, el coste del bono americano ha descendido del 4,5% al 4%, ya que la expectativa de recortes de tipos por la Fed pesa más que el riesgo político en Washington.

Las divisas sí reflejan cierta cautela, ya que el dólar se deprecia de 0,97 a 0,85 euros en lo que va de ejercicio, lo que muchos analistas atribuyen a las coberturas de tipos de cambio tomadas por los inversores que tienen activos en Estados Unidos (como las acciones de las grandes tecnológicas) y no los quieren vender.

A simple vista, los últimos datos oficiales sobre la propiedad de la deuda estadounidense tampoco reflejan un gran éxodo de Wall Street. Según el Departamento del Tesoro, los extranjeros alcanzaron al final de junio un total de 9,13 billones de dólares en bonos públicos americanos, frente a los 8,6 billones al inicio de 2025. Casi 3 billones corresponden a inversores europeos.

Pero el comportamiento por países es muy diverso. Mientras británicos y franceses compraron títulos emitidos por Washington de manera intensa durante el primer semestre, los de Alemania y Luxemburgo vendieron parte de sus carteras.

Y en el caso español, se produjo en junio una reversión de la tendencia de adquisición de deuda americana registrada en los primeros meses. Ese mes, siempre según datos del Tesoro de Estados Unidos, España vendió deuda por 7.084 millones de dólares (algo más de 6.000 millones de euros), situando su cartera en 63.320 millones de dólares.

Las ventas españolas se concentraron en el papel americano a largo plazo (8.300 millones de dólares), compensadas solo en parte por un ligero aumento de 1.200 millones en los títulos a corto plazo.

Los analistas dan explicaciones variadas para ese brusco giro de tendencia, ya que España había duplicado su cartera de deuda pública americana desde 2022.

Por un lado, el presidente estadounidense amenazó en junio a España con unos elevados aranceles por no invertir más en armamento, lo que podría haber elevado la sensación de riesgo de algunos inversores españoles.

También pudo ser una respuesta a otras medidas planteadas por Trump en esas fechas, como el establecimiento de un impuesto especial a los intereses de los inversores extranjeros (que no llegó a aprobarse por miedo precisamente a una venta masiva de deuda), o a las amenazas a la independencia de la Fed.

Otro factor sería un simple movimiento de mercado: ante la expectativa de caídas de precio en la deuda americana, los ahorradores españoles habrían movido parte del dinero, propulsando las acciones y los bonos españoles. El que franceses y británicos -países con presión en sus mercados de deuda- siguieran comprando deuda a Washington alimentan esta teoría.

En todo caso, Estados Unidos sigue siendo el principal componente internacional de las carteras españolas: 8,5% de las inversiones en renta fija y 11,5% en Bolsa, según datos del Banco de España previos a la llegada de Trump..

Los datos de julio permitirán ver si el ajuste de las posiciones españolas en deuda americana fue flor de un día o una nueva tendencia.

    
 Fuente: Expansión

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